miércoles, 25 de septiembre de 2013

Perdóname mi amor.

No se quiebra, no abandona.

Sigo teniendo esa estúpida obsesión de dañar a quien me quiere, de lastimar a quien me hace bien y de ignorar a quien me hace feliz. Sigo sufriendo por el mismo problema una y otra vez. Puede que le temo a que me quieran, tal vez nunca aprendí a amar o simplemente, soy un idiota que no sabe valorar el amor. No soy de esas personas que se viven quejando, es más, detesto las quejas, pero siempre termino explotando... y mi error es explotar con quien menos merece mi dolor. Arruino todo, y luego me arrepiento, es vano el arrepentimiento ya que el daño ya esta hecho. Lamento hacerte mal, lamento no poder devolverte todo lo bueno que vos creas en mí. Y aunque intente poder liberarme de este peso, la culpa al menos esta noche no me deja dormir. 
No me enojo si no respondes, no me enojo si me olvidas, tal vez, después de todo puede que sea la mejor opción. Y aunque todo esto paresca una exageración, yo no lo siento así, llevo un problema conmigo que no me animo a afrontar.  



Entonces entendí que no habría lugar para amar a otra persona en mi vida, si no aprendía a amarme a mí. Me destruyo por completo, y rearmo todas las piezas, aunque intente jamás vuelvo hacer la misma de siempre. Viviendo en una crítica continua, del por qué no puedo ser mejor, del por qué soy tan vulnerables a los problemas... Si pudiera desaparecer por un tiempo, borrarme por completo y alejarme de aquí, juro que sería por un momento feliz. Aveces quien dibuja la sonrisa más bella es quien lleva un corazón destruido por dentro. Vivimos con una mascara difícil de ocultar pero fácil de romper, y ese es el problema, cuando ya no existe limite que soporte nuestro interior. Tendría que parar y pensar al menos un tiempo, si lo que estoy haciendo hoy me llevará a quien quiero ser mañana. Cual sea la respuesta correcta, acepto que las cosas no me están saliendo nada bien.

Volemos juntos, pero no atados.

Tal vez en esta vida quede mucho que aprender, tal vez de este sueño quede mucho por hacer. Tal vez yo no soy lo que pensas, ni vos lo que crees, tal vez no te merezca y al viceversa también. Tal vez no nos baste solo con el amor o eso a lo que llamamos casualidad de encontrarnos; Tal vez va ligado a algo mas complejo, al corresponder. Puede que nuestros caminos se hayan cruzado para aprender, *juntos*, pero al fin a cabo una enseñanza que aprender. No puedo afirmar con certeza que quedará de mí después de este amor o que pasará con vos después del adiós. Si de crecer se trata, un placer ser tu aprendiz, si de vivir se trata, un placer es tenerte. Al fin de a cabo quedarán los recuerdos y las experiencias, del haberte querido, del haberte cuidado... y es raro pensar que lo que mas me une a vos, es creer que no te puedo perder.




No recuerdo con certeza el día en que comenzaste a formar parte de mí, en el que todos mis temas de charla giraban en torno a ti. Intento pero no lo logro, traerte a mí por completo y revivirte como la primera vez. Inhalo tu perfume y percibo tu calor, no me hagas regresar, no quiero volver a perderme por favor. Será tu cara que me tiene tan atrapada o tu sonrisa sin fin, capaz de decirlo todo sin ninguna palabra. Lo único que te puedo decir es ten piedad de mí. Por esos ojos, yo había bajado hasta el cielo, así que por lo menos esta vez, procura no mirarme. No me busques, no me atrapes y no me transformes en tu tonta. No, ya no, déjame vivir al menos un día sin ti.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Los días con él eran difíciles, pero sin él mucho peores.

 Y al final el amor que recibes equivale al amor que haces.


Te amo, de esa menera en la que pocos aman, de la forma en la que se espera ser amado toda la vida, te amo, sin peros ni por qué.
Te extraño, al punto tal de necesitarte, de la atípica situación de quererte a mi lado, te extraño, de la manera en la que tu presencia me hace falta. 
Te olvido, de la forma en la que no hago más que recordarte, cuando los recuerdos hacen daño, te olvido, cuando sólo busco reemplazarte.
De todas las cosas que he intentado contigo, no he conseguido más que aferrarme más a ti. 

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Debo ser sincera y confesar que su compañía no era del todo agradable, pero sin él a mi lado mi vida era un completo desastre. Muchas veces, intenté alejarme de él cuando en realidad no deseaba otra cosa más que no me deje marchar. Me daba la paz que necesitaba, la tranquilidad y las esperanzas de seguir. Debo admitir que muchas veces le fui infiel a mi corazón, reprimiendo más que algún te quiero sin razón.
Sólo lo necesitaba, con él bastaba, con él sobraba. Él inundaba cada hueco de amor, no le bastaba con tan solo completarme. Formaba parte de cada recuerdo, de cada sentimiento, de cada vivir; formaba parte de mí. Cuando al fin comprendí que ya era demasiado tarde para dar marcha atrás, sólo me deje amar

sábado, 14 de septiembre de 2013

No quiero volverte a ver, quiero verte volver.

 Me preguntaron por mí y terminé hablando de ti.



" Me enamoré de una chica, de esas que son diferentes a todas, que solo se consigue una ni en un millón. Es de las que basta sólo mirarla a los ojos para notar lo mucho que vale. Jamás me creí digno de merecerla y mucho menos aún de cuidarla, pero el simple hecho de juntar nuestras manos lo borra todo. Ella es todo lo que esperaba de una mujer, nostálgica, celosa y enojona, y aún así no sabe que cumple sueños al pasar. Tiene una firme amistad con la simpatía y una gustosa adicción a hacerme bien. Odia el café, los lunes por las mañanas, las noches sin diversión y las mentiras.Tiene un grato nivel de sinceridad, que hasta se puede decir,  que da placer escuchar la verdad saliendo de sus labios. Tiene una atípica pasión hacia la locura y una rara obsesión a amarme, ella ama de otra manera, de la forma correcta del amor. Sólo le basta la compañía o el por qué del encuentro, a ella no le interesa estar en el desierto o en la cima de la Torre Eiffel. 
Basta con escucharla llorar para sentirse por completo un miserable. Pero no basta con oírla reír sino también con verla, porque el día que eso sudeció comprendí que mi vida estaba completa. Cuando más pasa el tiempo más me niego a soltarla, me resigno a ser suyo, a pertenecerle. La quiero, la quiero en mi vida y la quiero en mis sueños. "


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Entonces él comprendió que en sus ojos se encontraba la repuesta a todas las preguntas incompletas o inexplicables del amor. En ellos se encontraba la clave del amar y del ser amado, el amar sin esperar de más, el amar con locura. Reflejaban todo lo que uno esperaba encontrar en el otro, la ternura y la seguridad de que jamás iba a marcharse, la perfección de la fidelidad. Ella lo era todo, era luz, vida, alegría, emoción, lo era y lo transmitía. Era de aquellas personas con la que bastaba hablar un segundo para notar lo maravillosas que son. Con sólo quedar detenido en su mirada, sobraba... para querar enamorado de por vida.