viernes, 6 de junio de 2014

A mal tiempo buena cara.

Me limitare a decir que era esa persona con la que quería compartir miles de amaneceres.


Lo peor de los malos tiempos es que lo invitan a uno a pensar, y tal vez a recordar memorias que no querían regresar. Lo peor de los malos tiempos es que nos convierten en personas solitarias y en los únicos testigos de nuestras tristezas. Lo peor de los malos tiempos son las decisiones que nos hacen tomar...
Dice el dicho "A mal tiempo buena cara ", pero ¿Cuánto se puede soportar uno esa mentira? ¿Cuánto dura el acto de disimular? o ¿Cuándo será el momento en el que todo estalle? Le temo tanto a la soledad. Mi mente es mi única aliada,y para ser franca, esta unión va a acabar conmigo o con muchos de mis problemas... Los pensamientos y las ideas son lo único que se mantiene constante en mi vida, ni siquiera el amor pudo ser digno de ocupar este lugar.
Dicen que cuando las cosas no cambian es hora de cambiarnos a nosotros mismos. Porque ya no encajamos, ya no coincidimos o simplemente ya no tenemos el mismo valor. Me aterra el cambio pero a la vez me tienta, tal vez logre ordenar cada una de mis partes rotas o por el contrario, me hunda aún más en la depresión.
Siempre queremos tener el poder de decidir pero, al momento de la verdad, somos cobardes de elegir. No voy a mentir diciendo que no quise tener el control, pero ahora ni siquiera puedo cuidarme yo.
Ya me canse de cavar en un pozo que estará siempre vacío, me harte de perseguir una suerte que no existe, ni existirá. 


*Algún día podré hacer de mi vida lo que quise contigo, pero no contigo*

No te quemes la cabeza por un poco de placer.




Quizás él ame lo que tanto odio de mí.




Algún día todos seremos afortunados, la suerte se cansará de esquivarnos para por fin golpear nuestra puerta. Alguna vez todas las piezas serán ordenadas y los por qué cobrarán sentido. En algún momento justo, la chispa ocurrirá y simplemente llegará... Llegará esa persona que tanto espero pero a su vez temo encontrar.
 Conoceré con quién compartir silencios sin que resulten incómodos. Alguien que amará verme despeinada cada mañana. Que besará cada una de mis imperfecciones y aún si me creerá perfecta. Que elogiara mi belleza sin la necesidad de ser sutil conmigo. Que pretenderá conquistarme siempre, sabiendo que ya soy suya. Que me hará sonreír en mis peores momentos porque simplemente siempre querrá lo mejor para mí. Que borrará cada herida y completará cada hueco de amor. Que se aferrará fuerte a mi cintura y me abrazará por miedo a perderme. Que limpiará cada huella que dejaron las tristeza y purificará mi corazón. Que amará oír mi voz y mis tontas historias. Que disfrutará pasar el correr de los años conmigo. Que no se cansará de mis besos o el dulce de mis caricias. Y sobre todo, mantendrá intacto el amor.
Algún día llegará esa persona con la intención de no soltarme nunca.




Quizás necesitamos a alguien que nos haga ver que en los domingos no estamos solos, y que los lunes no son tan malos como parecen.