miércoles, 26 de febrero de 2014

Permaneceré siempre contigo.

Si no vas a amar mis demonios, no intentes sacarme de mi infierno. 





Él causaba más desastres emocionales en mí que ningún otro, era como si tuviera un abanico de manipulación en sus manos. No habría forma de deshacerme de él y mucho menos echarlo al olvido. Cada vez que la culpa apuñalaba mi corazón, él era la única salida sana para no acabar en la perdición. Escuchó todos mis miedos y enfrentó a cada uno de mis demonios. Aunque mis defectos sean muchos más que mis virtudes, decidió quedarse justo aquí. Se quedó para secar lágrima por lágrima y convertir mi tristeza en la magia de la felicidad. Abrazó tan fuerte a cada uno de mis errores y se transformó en consuelo.
Ahora voy caminando despacio, ya no le encuentro tanto sentido a la prisa. De vez en cuando me pierdo, pero al menos no le temo a caersiempre encuentro su mano dispuesta a hacerme volver. Tal vez nunca pueda devolverle el bien que causó en mí o la fuerza que me brinda. Pero mientras el tiempo pase y nos encuentre juntos, prometo amarte con locura y con razón.    



Cuando la noche es más oscura, se viene el día en tu corazón.

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