Yo por vos, vos por mí.
Tengo el recuerdo clavado en mi mente del instante en el que nos conocimos, siento que dentro mío el tiempo jamás paso. Toda gran historia comienza cuando uno de los protagonistas decide dar ese paso que le da un rumbo diferente a la vida, y así inició. Me acerqué lentamente temiéndole el rechazo, admiré cada uno de tus rasgos y aprendí todos tus defectos. Entendí que actuabas por impulso, reías por placer y que no formaba parte de tu esencia, la de arriesgarse por una mujer. Cuando al fin me acomodé en el juego y comprendí todas las trampas, era momento de apostar. Desafíos, retos, provocación, nada a lo que le temiera perder. Y así fue como fue sucediendo esa magia que nunca antes viví, como el miedo ya no existía y sólo había locuras por hacer. Buscarte en cada esquina, encontrarte en cada rincón y hablarte siempre con una buena razón, ojalá sea cierto que la casualidad formaba parte de esto. No había nada planeado, ya que eran mayores las posibilidades de pintar el sol antes de que me dirijas una mirada. Pero paso a paso, lo que tanto nos cuesta se logra. Es cierto que siempre me sentí poco para vos.
Todo se volvió más bello, más encantador cuando al fin abriste las puertas de tu alma y te diste a conocer. Cuando ya no dudabas en que decirme, ni a hacer el ridículo frente a mí. Todo se completo cuando al fin el primer te quiero llego. Que larga espera e insistente búsqueda, por esa pequeña muestra de sentimientos que al terminar valió la pena.
Hiriéndonos, retocándolo y construyéndolo, fuimos creciendo a través de las risas y el llanto. El aprendizaje de que no basta con solo amar, si no también lograr sentirlo. La paciencia de los malos momentos y las sonrisas regaladas en los buenos días. Pasamos lluvia, tormentas y truenos, y aún así seguimos de pie. La renuncia es para el cobarde y el fracaso para quien no lo intento, si esto alguna vez termina llamemoslo honor. El honor de tenerte cada fecha de invitado y de brindarte lo mejor. Es un placer pasear tomada de tu mano, es de dichoso tenerte y es un gozo quererte. Que inmejorable sensación la de poseerte cara a cara y la de poder respirarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario