No te quemes la cabeza por un poco de placer.
No se lo que me pasa, me siento rara y un poco cambiada. No
se si puede considerarse un gran problema o si solo es una pequeña confusión,
pero sé que me afecta y mucho. Simplemente comienzo a dudar de lo que siento
por vos y se me hace difícil aceptarlo. Ya no siento esa magia de nuestra ironía,
el calor de tus abrazos o la dulzura de tus caricias. Ya no le temo a perderte y tampoco tengo la necesidad
de correr para ir a buscarte, fácilmente ya no te espero.
A veces me siento culpable de este desamor y como fui perdiéndote
cariño, pero luego recuerdo que esto se hace de a dos y vos te alejaste primero. Perdón por lo que escribo, perdón si es que duele y perdón si te
lastimo. Pero ya no vale la pena seguir fingiendo que a tu lado yo soy feliz.
Ya no es el mismo el misterio que derramaba tu presencia, por lo que ya no
siento sed de tu esencia. Quizás nuestro amor solo fue un capricho, unas idas y
vueltas, algo pasajero o fugaz. Capaz no estábamos destinados a estar juntos, y
por querer intentarlo terminamos hiriéndonos de más. Nunca olvidare tu paso y
solo espero que la vida te traiga a alguien que te de lo que yo no te pude dar.
Solo sé que el tiempo todo lo sanará.
No importa cuanta gente tengas a tu alrededor, siempre va a
ver un momento del día en que vas a sentirte solo. Solo vos y tu conciencia,
influyendo en tu alma e interviniendo en tus pensamientos. Siempre va a ver un
momento de tristeza en esta inalcanzable felicidad y siempre van a volver los
problemas. Podemos liberarnos, distendernos y encontrarnos en nuestro interior.
Y que hermoso es el placer de encontrarnos y comenzar a conocernos en los
profundo, allí donde nadie nunca llego. Dejar lo temores, soltar los miedos y
ahogar las penas. ''Porque para reírme hasta al llanto cada tanto lloro
hasta reírme a pleno'' dice un amigo. Disfrutando del cambio, de la transformación
interna y de la bella renovación. Así que no hay que temernos a nosotros mismos
y mucho menos a lo que sentimos. El corazón nos habla siempre, solo debemos
aprender a escucharlo. En ese preciso instante que somos capaces de adquirir
ese don, estamos preparados para dejarnos ser.
Pd: tu sonrisa era más bella
cuando yo era el motivo de ella.
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