jueves, 10 de enero de 2013

Lejos de la gran ciudad, ella es mi felicidad.



Fuiste la primera en enterarse de mi llegada, la primera que lloro de emoción y sonrío de orgullo al verme. Fuiste la primera que me beso y me dio un abrazo de esos que dan mucho más que amor. Me cuidaste como una parte tuya, me protegiste y me enseñaste lo que esta bien y lo que esta mal. Dejaste de lado salidas, grandes oportunidades, proyectos y amistades de tu vida para verme crecer. Me apoyaste hasta final por más que sabias que no iba a ser fácil lograrlo, siempre me acompañaste cuando lo necesitaba. Me dabas esa seguridad que me hacia sentir mas fuerte y el valor que me faltaba. Perdonaste cada uno de mis pecados por mas dolorosos que fueran, jamás me negaste nada. Cumpliste cada uno de mis caprichos y te esforzaste por verme feliz a tener lo que quería. Siempre pensaste que soy lo mejor, lo más lindo y la persona que más feliz te puede hacer en este mundo. Hasta el día de hoy seguís haciendo los mismos sacrificios por mi y jamás me pediste ni un ‘gracias’ a cambio. Porque se que jamás me vas a dejar y siempre voy a tener tu mano aforrándose a la mía. Perdón por todo y gracias por tanto. Si hay un amor que es eterno en esta vida, sin dudas, es el tuyo mamá. 


Pd: es de egoísta simplemente hacerte esto, tendría que dedicarte cada sonrisa y agradecerte cada día de mi vida, pero seguiría siendo nada al lado de todo lo que me das.
Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario