Rara vez me sentí bonita. Sólo en aquellos acontecimientos importantes en los que una pasa horas en frente de un espejo para recibir un simple: ¡Qué linda! Pero a veces.. ni siquiera eso.
Nos miramos de arriba a abajo, de costado a costado, analizando cada rincón de nosotras. Y simplemente no nos queremos.
Nos autodestruimos con palabras absurdas y tontos pensamientos. Pensamos que es la sociedad quién nos lastima, pero no hay peor crítica que la de uno mismo. Tenemos miedo a la mirada del otro, y también nos escondemos de la nuestra. Sólo somos eso, aquello que nuestra mente y ojos se niega a ver.
El peor moustruo está dentro
de uno.
No hay medida para la belleza ni para la perfección. No hay mejores ni peores, sólo personas diferentes. No hay balanza que nos defina. No hay dietas que logren la felicidad. Porque no hay límites ni definiciones para aquel que se ama como es.
Por favor cree en tí,
aceptate como eres y sonríe...