miércoles, 29 de junio de 2016

¿Si el mundo fuera ciego, a cuánta gente impresionarías?

Rara vez me sentí bonita. Sólo en aquellos acontecimientos importantes en los que una pasa horas en frente de un espejo para recibir un simple: ¡Qué linda! Pero a veces.. ni siquiera eso.
Nos miramos de arriba a abajo, de costado a costado, analizando cada rincón de nosotras. Y simplemente no nos queremos.
 Nos autodestruimos con palabras absurdas y tontos pensamientos. Pensamos que es la sociedad quién nos lastima, pero no hay peor crítica que la de uno mismo. Tenemos miedo a la mirada del otro, y también nos escondemos de la nuestra. Sólo somos eso, aquello que nuestra mente y ojos se niega a ver. 
El peor moustruo está dentro
de uno. 
 No hay medida para la belleza ni para la perfección. No hay mejores ni peores, sólo personas diferentes. No hay balanza que nos defina. No hay dietas que logren la felicidad. Porque no hay límites ni definiciones para aquel que se ama como es.


Por favor cree en tí,
 aceptate como eres y sonríe...

¿Alguna vez dejan de doler las viejas cicatrices?


Cuántas veces me aleje de vos porque creía que no había otra salida... y cuántas veces corrí a buscarte por miedo a perderte. Fueron cientas nuestras idas y vueltas, nuestros ir y venir. Fueron tantos que ya perdí la cuenta, pero no el sentir.
¿Cuántas veces fui a encontrarte y volví con el corazón partido? ¿Cuántas veces camine con los ojos llenos de lágrimas por las calles vacías de esta gran ciudad? ¿Cuántas veces agote todas mis mentiras para armar la cuartada perfecta para verte?¿ Cuántas veces me viste llorar de tristeza? ¿Cuántas veces me sentí sola aún con tu compañía? ¿Cuántas veces me dí por vencida?
Y así empezó, más que entre risas y alegrías, lo nuestro fue de amargura y cobardía. Como si nuestro amor sólo nos hiciera doler.
 Y es que yo no se por qué me pesa tanto en el alma, el simple hecho de tus mentiras... y aunque todas mis fuerzas deseen olvidar, lo siento, pero no puedo. Porque soy así hecha a sangre y fuego, de esas que lo recuerdan todo, cada error y palabra que me lastimó el corazón. 
Con un poco de rencor y un poco de ternura, hoy sólo quiero mi amor cerrar los ojos y empezar de cero.