Y ella sólo tenía ojos para él.
Ella aprovechaba siempre que él se encontraba distraído, para perderse en su mirada y sonreír como una tonta al ser atrapada. Ella observaba cada uno de sus gestos, su manera de ser y de actuar. Ella siempre se encontraba atenta a sus palabras, aunque parezca que no, tan sólo escuchaba. Soñaba cada noche con él, ya que era su motivo por el cual ir a dormir. Ella lo apreciaba como tal vez ninguna otra lo había hecho, él sea había convertido en lo más importante de su vida. Y así paso el tiempo, de beso en beso, de amor en amor... Pero ella ya no era capaz de mirar a otro de la misma manera que a él.
Me preguntaron acerca de mis sueños y mis metas. Escarbaron e interrogaron rincones de mí a los que ni siquiera yo había llegado. Me preguntaron acerca de las cosas que valoro, qué quiero tener y quién quiero ser. Ninguna de todas mis respuesta fue una absoluta decisión, siempre se encontraba la duda asomándose en cada palabra, pero de algo estaba segura... Que en cada proyecto que esperaba para mi vida, te encontrabas vos. Ahí firme, sin reemplazo, ni suplente, eras el único que veía en cada situación. Te encontraba como motivo de mi sonrisa, como refugio de mis tristeza y como cura a mi soledad. Te encontraba como la única persona que podría ayudarme cuando yo misma me ahogue en mis lamentos. Al menos para mí, ya lo sos todo, sos quién espero que me levante con un beso cada mañana, quien me abrace fuerte hasta dormirme y quien me diga suavemente te quiero mientras rodea mi cintura. Amo cada instante y cada día contigo, con vos aprendí demasiado y aún me queda mucho por aprender... Entre la larga lista de cosas que enamoran y me hacen disfrutar la vida te encontras vos, encabezando todo.
No puedes elegir si van hacerte daño en esta vida, pero sí quién te lo hace.
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