sábado, 25 de enero de 2014

Sin amor, todos los besos saben a lo mismo.

Por más fuerte que te abrazara no podía atarte a mí.



Siempre se encuentra una manera para escapar al amor, y esa manera sigue siendo el amor. Quién no dijo o no escucho la frase, "Un clavo saca a otro clavo". Pero al final de todo seguimos clavados, en el mismo sitio y con el mismo pretexto. Intentamos desviarnos de aquello que nos aterra o ya nos tiene casados, queremos olvidarnos de la maldita rutina que se encargo de arruinarlo. Y nos perdemos en una camino de idas y vueltas, del cual nos he más difícil salir.
Tal vez algún día aprendamos a entender al amor o simplemente aceptarlo tal cual se nos presente. Quizás el tiempo nos haga madurar lo suficiente para aprender a amar.

La distancia es un ingrediente que devuelve al amor
el mismo gusto que la costumbre le hizo perder.

Prefiero la guerra contigo, que el invierno sin ti.


Pocas veces en la vida se encuentra el amor... Por extrañas razones inexplicables dos personas se unen con el deseo de intentarlo todo. Cada persona que conocemos es única, por el simple hecho de ser diferente, pero sólo habrá una para nosotros. Aunque mucho insistamos y nos quejemos, creo que todo llega en su justo momento. Cuando se cree que el cambio es un error, en realidad, el error somos nosotros. Vivimos toda una vida esperando un gran acontecimiento pero tememos a que este ocurra. De contradicción en contradicción vamos aprendiendo, que sin esas pequeñas casualidades, hoy no estaríamos aquí.
Nos acostumbramos a una rutina fría y solitaria, pero cuando esta cambia, nos perdemos. 




No me olvido que tu llegada fue una de las mejores cosas que me paso en la vida. Tanto espere ese momento, y sucedió. Aún no creo merecerte y mucho menos me siento capaz de cuidar de ti. Pero el tiempo que dure este amor, prometo jamás soltarte la mano.



Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde,
comenzaré a ser feliz desde las tres.